miércoles, 26 de octubre de 2016

Me quede dormida con ese hombre y mi esposo solo en casa. #Relato

La vida me había tratado muy bien en cuanto a sexo amor, diversión y a sexo se refería fue mucho mejor de lo que pensaba que sería cuando era joven. Pero en ocasiones me parecía aburrido, a veces me sentía una mala esposa dejando que otros hombres me hicieran suya y mi esposo solo era mío (y no me interesa compartirlo).

Llego el momento de analizar lo que estaba yo haciendo. Era hora de decidir si esto si ayudaba a nuestro matrimonio o ya no quería hacerlo. Pasaron algunas semanas grises desde mi último encuentro. Claro está mi marido seguía siendo el mismo hombre en la cama, aun sus ganas eran demasiado fogosas pero poco a poco fue empezando a bajar mi calentura a modo de solo querer hacerlo una o dos veces al día.

93994098_img_20160826_wa0019_1_1667383.jpgUn día de esos de flojera que son tan comunes un domingo por la mañana en el que mi esposo tuvo que asistir al trabajo, después de despertar darme un largo baño y pensar en que desayunar decidí salir a la calle y buscar algo que fuese rico y ligero, no tenía muchas ganas de cambiarme así que solamente me hice un molote en la cabeza, me puse una pijama de shorts que apenas cubre las pompis en color rosa muy clarito con la que a la luz esperaba se mirara mi tanga roja de encaje que traía bajo el, como blusa elegí una de tirantes, en color blanco un poco suelta para mi gusto, pero con un prominente escote que casi dejaba ver mi brassiere en color rojo (también se transparentaba completamente) y me dispuse a ir a comprar algo, después de unos minutos de vagar por la ciudad decidí solo llegar a un café a comerme una rebanada de pay y un chocolate.

Después de comenzar a comer y estar perdida pensando mirando hacia los arboles de el parque de enfrente solo escuche. “Hola prissi, como te has puesto linda, y que bonita forma de vestirte”,

Oh era Carlos mi ex novio ese hombre alto delgado y güero con el que cuando fuimos novios siempre quise cogérmelo pero nunca lo hice, (cabe recordar que mi primer pareja sexual fue mi ahora esposo)

P- hoola Carlos, ¿cómo has estado? Y ese milagro en el que puedo verte (conteste un poco tartamuda)

C-Lo que pasa es que supe que te casaste y ya no quise molestarte al teléfono.

P- cual molesta, ven siéntate platiquemos un poco.


El tomo asiento y pidió un café para él, pasamos una hora charlando sentados ahí, era una plática fresca y fluida pero la verdad no me podía quitar la idea de la cabeza en la que me quede con ganas de cogérmelo o como pensaba en aquellos tiempos “hacer el amor” no podía solamente gritárselo y pedírselo, pero veía como no podía dejar de ver mis bubíes y menos que el sol había pegado de frente a mí y ya se veía más el color de mi bra.

Decidimos ya salir de ahí, al momento de retirarme le pedí su número de teléfono pensando en que después podría verlo de nuevo. Y no tener que esperar una nueva forma de coincidir.

Me fui a mi casa y pensé en el todo el domingo, pasaron los días lunes, martes, miércoles jueves, el viernes decidí que si quería verlo. Que iva a intentar sacar todo eso que me imagine muchas veces y chupárselo solo de pensarlo me comenzaba a mojar mucho, así que le pedí a mi esposo que fuera a jugar billar, que fuese con algunos amigos a pasearse, o que fuera ah algún lado pero que me dejara sola en la casa que le iva a grabar un video que le gustaría mucho. A lo que el accedió completamente prendido.

Pase la mayor parte de la tarde del viernes pensando en cómo enviarle un mensaje que decirle, o como hacerle una llamada. Hasta que solo me arme de valor y le envié un hola, que tal que vas ah hacer mañana.

Me contesto demasiado rápido que no tenía nada que hacer que sus amigos le habían cancelado, a lo que yo lo cite a tomarnos de nuevo un café en el lugar de la vez pasada, esta vez dure un par de horas pensando que me pondría, como aria para atraerlo a dar el primer paso antes de pudiese suceder algo.


Después de darle varias vueltas a mi closet sin éxito en una búsqueda favorable, decidí solo ponerme una falda negra pegada tan solo un poco arriba de la rodilla, con unos tacones negros cerrados, (un poco altos) volví a usar la misma tanga con la que lo vi (esperando fuera de la suerte) y una blusa campesina en color blanco, mi cabello lo enrice bastante y lo deje suelto, traía un pequeño collar con un dije menudito que llegaba justo donde inician mis pechos. No me quede muy satisfecha pero decidí emprender mi camino. Llegamos y ya estaba el esperando en la entrada, me tomo del brazo, me dio un beso en la mejilla y me susurro al oído, a un par de calles hay un bar en el que no la podemos pasar mejor que aquí, obviamente decidí tomar su propuesta y nos encaminamos a dicho bar.

El ambiente era muy padre bebíamos miche ladas y entre rondas un shot.

93994099_img_20160826_wa0025_1_1667382.jpgPasaron un par de horas y decidi dejar los rodeos, total ya no era una niña, lo saque del bar del brazo, le dije que se olvidara de su auto lo subí al mío, y antes de ponerlo en marcha se avorazo hacia mí y me beso bruscamente, bajo por mi cuello hasta llegar a mi pecho cuando lo quite “Carlos espera mira donde estamos aún” el tomo cordura se sentó y comencé a andar en mi camino.

Luego de un par de minutos en lo que se le paso su incomodidad me pregunto que si me moleste porque lo hizo delante del bar o solo porque quería que tuviéramos sexo, a lo que no le conteste, solo lo mire y guarde silencio. Él tenía una cara de preocupado no sabía que decir, que hacer o solamente si mirarme o solo hacia al frente. Al cabo de unos minutos llegue a un motel que estaba cerca y al parar ahí le dije “esto responde tu pregunta”

Solo asintió, llegue a la caseta, pidió una habitación, pago y subió de nuevo al carro, lo único que veía en él era una cara de perversión y un gran bulto en su entrepierna no podía esperar un segundo más antes a lo que comencé a masajeárselo lentamente mientras llegábamos al cuarto, entrando a la cochera se bajó, cerró la puerta y ya procedí a bajarme yo, iva a pasar a abrir la puerta y no me importo total la cochera estaba ya cerrada y yo moría de ganas de mamársela y sentirla en mi boca. Lo detuve desabotone su camisa con mi lengua roce sus pezones, hasta bajar y desabrochar su pantalón, bajarlo lentamente, bajarle su bóxer, y comenzar a chuparla, era bastante promedio, un poco menos de lo que esperaba pero aun así, hacia 5 años que me quede con las ganas de ese hombre y eso no sería un impedimento para nosotros.

El solamente se retorcía, y con su mano tomaba mi cuello y lo pegaba hacia él, demonios hasta yo sabía que era el mejor oral que había hecho a un hombre en mi vida, y él lo disfruto demasiado, durante 120 segundos…

Cuando menos pensé me tenía la boca llena de su semen, (no soy muy fanática de eso) pero sin dudarlo lo tome de un trago y me levante a besarlo, casi me arrastro a la cama me lanzo contra ella se desnudó completamente y solo me quito la falda, me pidió que no me quitara nadamas decía que la imagen era muy sexy así, y lo tome en cuenta, no me quite nada, hizo mi tanga a un lado y empezó a darme besos en las piernas, mis chamorros luego delicadamente paso su lengua por mi clítoris, una y otra vez, era rico pero no era un hombre bueno para el sexo oral, se tornaba un poco aburrida la cosa.. de pronto lo noto y de golpe me puso de perrito tomo mi cabello y lo jalo bruscamente hacia atrás, mientras dejaba ir toda su humanidad dentro de mí. Daba fuertes embestidas mientras levantaba un poco mi pierna derecha, jalaba mas mi cabello y besaba mi cuello con mucha pasión.

Ya me estaba acostumbrando a ser una zorra, una puta para mi esposo su amigo, mis amantes. Pero mientras mis pechos rebotaban me hacia la pregunta si debería seguir cogiéndome a tantos hombres estando casada, ahhhhh ese movimiento tan sabroso no me deja concentrarme.

Comencé a sentir el sudor correr por mi espalda, empecé a estar fuera de mi era un ritmo perfecto, las estocadas eran precisas y su forma de tocar el resto de mi cuerpo era excelso.

No pude mas me tire en la cama el bajo lentamente me volteo puso mis piernas en sus hombros y comenzó muy lentamente muy rico muy delicado, haciéndome desear mas hasta que le grite que ya que me cogiera fuerte.

Mis deseos fueron ordenes, un par de movimientos con esa potencia lograron que me viniera abundantemente, sentía que iva a mojar toda la cama, me escurría por las piernas, mis manos estaban completamente apretadas en la almohada, era el momento de terminar definitivamente.

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